ENCUENTRO DE EXPERIENCIAS EDUCATIVAS


“A los estudiantes y estudiantas queremos pedirles que estudien y luchen. Que sin dejar de luchar terminen sus estudios. Que se vayan de la universidad. Que no se queden en ella. Que la universidad, con todo y ser universal, es limitada. Que allá afuera hay también otro universo y son necesarios y necesarias ahí para que luchen ahí. Que allá afuera estamos nosotrxs y muchos otros como nosotrxs.
A los profesores y profesoras, a los investigadores e investigadoras les queremos pedir que enseñen a aprender. Que vean y enseñen a ver todo, incluyéndonos a nosotrxs, con espíritu crítico y científico. (…) Que no permitan que su trabajo de docencia e investigación sea tasado según la lógica mercantil, donde importa el volumen de cuartillas y no los conocimientos que se producen, donde sólo vale la firma al pie del desplegado en apoyo al señor rector, donde el criterio para que un proyecto tenga presupuesto es el número de horas invertido en audiencias y cortejos a funcionarios grises y analfabetas.” EZLN - CCRI-CG
“No rindamos, pues, compañeros, un tributo a Europa creando Estados, instituciones y sociedades inspirados en ella. Si queremos transformar a América en una nueva Europa, confiemos entonces a los europeos los destinos de nuestros países. Sabrán hacerlo mejor que los mejor dotados de nosotrxs.” Franz Fanon – Los condenados de la tierra.


Compañeras Kandá Kribí
Compañeras y compañeros A la Inversa
Compañeras Insurrectas
Compañeros y compañeras Mazorka
Compañeras y compañeros Acción Maestra
Compañeras y compañeros RESMA
Compañeros y compañeras Red Revuelta
Compañeros y compañeras Red Libertaria y Popular Mateo Kramer
Compañeras y compañeros FEAC
Compañeros y compañeras Synapsis
Compañeros y compañeras Red Antorcha
Compañeros y compañeras Anónimos
Compañeros y compañeras CEDINS
Compañeros y compañeras de Sin Trabajo
Compañeros y compañeras Pizarrón Rebelde:

Hay formas y formas de comenzar. Desde arriba hacia abajo o desde abajo hacia arriba; de derecha a izquierda o de izquierda a derecha. Y hay otras formas, como esta, por ejemplo, que va de abajo en abajo y de izquierda a izquierda. Así vamos.
Escuchen. Por mi voz habla la palabra de muchos y muchas que como nosotrxs hablan y que hasta la hora del hoy venían siendo sido silenciados con el estruendo de la motosierra que suena de allá arriba para silenciarnos acá abajo. Pero ahora volvemos a hablar y ahora nos escuchamos de nuevo.
Y como ustedes, nosotrxs y ustedes, y los otros que son nosotrxs ya nos cansamos de que entre nuestros silencios, los que arriba viven y desde arriba explotan instalen sus palabras falsas y enredadas, nosotrxs, ustedes, lxs otrxs, queremos empezar esta palabra con un cuento. Ahí va el cuento.

La tejedora de puentes
Al negro Candelario lo arrulló la luna hasta dormirlo, una noche que había salido a bogar y buscar sustento para él y sus siete crías. Dormido lo llevaron las aguas del rio, rio adentro. Al despertar, Candelario se encontró perdido, sólo con la luna, demasiado adentro y demasiado oscuro para volver. “ Ay! pobre de mí” se quejó el negro.
Pasó esa noche la luna y al cielo estrellado se lo tragó la luz de la mañana siguiente. Así pasaron luego otros días y otras noches se fueron y Candelario todavía seguía naufrago. Solo agua veía alrededor suyo. “Ay! que solo estoy” se volvió a quejar el negro.
Así fue que una noche cualquiera mientras el negro se quejaba de su negra suerte, una rana verde saltó de pronto a la proa de su balsa. Candelario dio un brinco, no porque le temiera a las ranas sino porque ésta rana verde no era como cualquiera, así, la rana pronuncio palabra: “Soy Amarilla, la rana que teje puentes.”
Candelario pensó en saltar, así de mucho le aterraba lo desconocido, y así de mucho le temía a las ranas parlanchinas. Sin embargo, ya naufrago y ya perdido, nada podía estar peor, y así pensó Candelario. Luego se tranquilizó y entonces supo pensar mejor las cosas, y pensó tanto y tan bien que se decidió él también a pronunciar palabra: “Rana tejedora: si sabes tejer puentes, teje uno entre esta soledad mía y el puerto donde me aguarda compañía.”
Ante la petición de Candelario, Amarilla, la rana tejedora de puentes croó de la siguiente forma: “No puedo, tu puerto queda demasiado lejos. Dame un destino menos lejos y tejeré para ti.”
Candelario pensó otra vez sin tiempo y volvió a decir: “Pero yo solo quiero ir allá, ¿de qué me sirve ir a otra parte si allá me esperan?”
“Candelario torpe, piensa mejor. ¿Y qué tal si vas de a pocos, tejiendo pequeños puentes, hasta llegar al lugar de tus anhelos?” Re-croó Amarilla.
“Pero si no hay nada alrededor mío, Rana astuta, solo agua y yo perdido entre las aguas del rio.”
Entonces Amarilla, la rana tejedora de puentes, comprendió que no era con palabras como mejor entendía el negro Candelario, pues en veces ocurre que los oídos no escuchan y entonces es necesario decir de otra manera. Fue de ese modo que Amarilla, la rana tejedora de puentes pasó de verde a color brillante y todo alrededor de Candelario brilló con luz nueva.
Candelario miró asombrado. Gracias a la nueva luz, alrededor suyo vio otros cientos de negros bogas como él, náufragos quejándose de su triste suerte. Y comprendió que no era su soledad la extraviada sino la nuestra, y que nosotrxs, yo, tu, él, ella, Candelario y nosotrxs solo recordaremos el camino a casa cuando aprendamos a tejer juntos el puente que conduce al lugar de nuestra vida junta.

Hasta ahí va el cuento.

Compañeras Kandá Kribí
Compañeras y compañeros A la Inversa
Compañeras Insurrectas
Compañeros y compañeras Mazorka
Compañeras y compañeros Acción Maestra
Compañeras y compañeros RESMA
Compañeros y compañeras Red Revuelta
Compañeros y compañeras Red Libertaria y Popular Mateo Kramer
Compañeras y compañeros FEAC
Compañeros y compañeras Synapsis
Compañeros y compañeras Red Antorcha
Compañeros y compañeras CEDINS
Compañeros y compañeras Sin Trabajo
Compañeros y compañeros Anónimos
Compañeros y compañeras Pizarrón Rebelde:
Compañeras y compañeros náufragos
Candelario:

Escuchemos. Lo importante del cuento no es si Candelario está perdido en una balsa y sobre un rio, y nosotrxs en un salón y sobre el asfalto. Somos diferentes. Nosotrxs somos porque somos diferentes. No debemos olvidar nuestras diferencias. Pero ahora lo único que cuenta es qué nosotrxs estamos perdidos y que ya no lo estaremos más.
Perdidos son los maestros que quieren enseñar a aprender y aprender a enseñar con sus estudiantes. Perdidos están porque son pocos frente al monstruo de una institución magisterial que les corta las alas. Perdidos cuando reciben la burla de otros maestros que se asombran de verlos trabajar el doble y ganar lo mismo. Perdidos cuando la administración en sus escuelas les cierra la puerta en las narices. Perdidos cuando sus estudiantes reciben sus propuestas con recelo y desconfianza.
Perdidos son también los estudiantes de secundaria que deben caminar como equilibristas entre un conocimiento que les dan y no les sirve para vivir y una vida que viven sin conocer cómo vivirla.
Perdidos los universitarios rebeldes que hacen rebeldía dentro de la universidad y luego cuando obtienen el grado ya no saben cómo seguir y entregan sus mejores sueños, sus mejores pensamientos, sus mejores valentías y se venden sin remedio y con tristeza al mundo del trabajo precario, donde envejecen y poco a poco olvidan cómo se sentía soñar, pensar y ser valiente.
Perdidos los y las educadoras populares, que van al barrio o al campo y enseñan y aprenden por un tiempo, hasta que se sienten solxs y deben regresar a un mundo que solo les ofrece soledad y naufragio. Perdidos porque están aislados y quien está aislado está perdido o estará perdido inevitablemente.
Estar perdido es cosa mala y cosa triste. De allá arriba, los de palabra mucha y oído poco, nos dicen que solo hay una forma de caminar: mirando para arriba, siempre arriba donde están ellos y su triunfo, porque mirando arriba, dicen los que arriba viven explotando a lxs que abajo estamos, se llega lejos a dónde están ellos, los de oído poco y palabra mucha. Pero basta cambiar de rumbo nuestros ojos y mirar a dónde están ustedes y nosotrxs, acá abajo, dónde estamos todxs lxs perdidos que ya queremos encontrarnos.
Abajo y a la izquierda está el pueblo. Indígenas, campesinos y campesinas, gentes de la periferia urbana; en el Quimbo, en Cajamarca, en Toribio, en San José de Apartadó, en la Perseverancia, en Usme; en el camino, en la vereda, en la ribera, en el puerto, en el resguardo, en la escuelita rural.
Entre ellos, abajo y a la izquierda, y nosotrxs náufragos de abajo no hay distancia, solamente oscuridad impuesta por los que desde arriba imponen.
Nosotrxs somos puente. Seremos puente entre los perdidos y el pueblo de acá abajo. Queremos ver estudiantes, maestros, educadores populares, universitarios, todos con el camino al sur brillando. Que quien se venda a los dueños del mundo no sea porque no encuentra camino sino porque no quiere caminar a nuestro lado, del lado de nosotrxs, del lado abajo del pueblo que resiste por la libertad.

Hermanos y hermanas:
De arriba nos marcan un camino, él único camino que en arriba saben, de arriba nos imponen caminar por un camino que mantiene al pueblo solo y a los náufragos naufragando.
De arriba dicen: una sola escuela existe. Y esa escuela va del pre-escolar al doctorado.
De arriba dicen: el que no pueda pagar, que estudie hasta donde plata tenga y que aprenda hasta donde pagar pueda.
De arriba dicen: hay que aprender lo que el mundo de arriba necesita, no importa si necesita que los de abajo, abajo solos y tristes mueran, sin saber nada o casi nada, o solamente lo que arriba dicen qué utilidad tiene, que no es otra cosa que saber servirle a los que desde arriba dicen.
De arriba dicen: el pueblo es tonto porque no sabe aprender, al pueblo no hay que preguntarle porque nada sabe y tampoco nada enseña.
De arriba dicen: una escuela son tres tizas, un tablero, dos pupitres, cuatro paredes de palo, cincuenta niños confundidos y apretados, una maestra triste enloquecida, un libro de texto escrito con la historia de allá arriba y un diploma de sucio papel billete.
De arriba dicen: aprender es obtener diplomas, ser maestro en maestría y doctor en doctorados.

Hermanos y hermanas:
No estamos solos. No estuvimos. No estaremos.
Aprender y enseñar sabemos. Supimos. Sabremos.
Si no nos vemos es porque entre nosotrxs, quienes arriba viven engañando a los que abajo estamos, instalaron el reinado de las sombras, y no nos vimos aunque aquí estuvimos. Estamos. Estaremos.
Oídos sordos son los nuestros para los que de arriba su palabra falsa quiere imponernos.

Hermanos y hermanas:
Amarilla, la rana tejedora de puentes enseña: encontrarnos ustedes, nosotrxs, los otros que somos nosotrxs debemos. Encontrarnos para construir esa escuela distinta a la que desde arriba impone. Una escuela que sea puente. Que sea barca. Que sea pájaro que vuela. Una escuela que lleve a los que náufragos estamos hacia donde existe el pueblo que abajo existe y desde abajo aprende.
Una escuela itinerante. Una escuela que lleve a los maestros, estudiantes, universitarios, educadores populares, hasta dónde ya no hay forma de perderse.

Hermanos y hermanas:
Debemos ser humildes para encontrarnos. Solo seremos alternativa educativa para el pueblo si olvidamos la oscuridad que nos separa. Si recordamos que solo con amor puede mirarse al hermano y la hermana naufraga. Si olvidamos la palabra repetida que ya no toca corazones ni abre esperanzas nuevas.
Somos muchxs, somos nosotrxs, ustedes, nosotrxs, lxs otrxs, aquel que vimos de mirada gacha, aquella resignada que no quiere resignarse. Los que ya salimos un día, dos meses, tres años al barrio y al campo; las que no hemos salido todavía por no haber visto la puerta.
Nuestros proyectos compartidos son el puente. El puente no se teje solo. La rana tejedora es nosotrxs acá abajo inventando salidas nuevas, hablando, caminando detrás y junto a la palabra buena.

Hermanos y hermanas:
Por mi palabra ha hablado la voz de los que poco dicen porque pocos oídos quisieron escucharlos. Por sus odios ha sido escuchada mi palabra, que es palabra de los que hasta el día de hoy fueron soledad y naufragio. En mi voz no hay un proyecto punto a punto del qué hacer para imponernos sobre el que desde arriba manda estar aislados. Por mi palabra ha hablado la voz de los que abajo dicen que quieren un hogar para calentar sus manos y tejer sus vidas.
No es corto el camino ni está hecho. No es fácil guardar silencio para que hablen los que no han hablado. Pero acá estamos. Hasta acá ya llegaron sus oídos atentos y hasta acá ha llegado mi palabra.
Sea pues.
Nuestro próximo puerto será el Encuentro de Experiencias Educativas.
Hasta entonces,
Salud, amor y liberación!
Equipo de Estudio y Convocatoria. Congreso Educativo de los pueblos.